domingo, 18 de julio de 2010

Las “champa-guerritas” de los eternos señores feudales



1. Seis días para uno, siete para el otro. El Duque de Cala Cala, Mauricio Méndez, renovará su título que ya tiene una década por cuatro años más. Y el Rey de la Verde Postergada, Carlos Chávez, conseguirá una segunda olimpiada sin escuchar para nada al pueblo, que grita “Revolución” como en la canción de los Sui Géneris.
2. Tres carcanchos ponen cierta sombra en la potencial renovación descrita. El Barón de Tembladerani, Guido Loayza, quien una vez se ciñó la corona real y tuvo grandes repercusiones por lo conseguido; el Marqués de Achumani, Sergio Asbún, que aparece como un timorato aspirante secundón, y el Vizconde de la calle Yungas, Walter Torrico, más pagado de su ego que los otros e investido además con demagogias leguleyas.
3. Por detrás mira con cierta atención el Emperador de Villa Tunari, Evo Morales, quien como buen representante de su rango aspira a controlar todo lo que está cerca de sus territorios y, desde luego, seguir la expansión de sus demonios –digo, dominios.
4. Todo parece estar ya consumado para que el Rey y el Duque renueven sus ornamentos de testa. Y si bien ambos se llenan la boca con exclamaciones de cambio, muy a tono con las que vierte el Emperador, la realidad sólo nos vuelve a mostrar que el único interés cierto perseguido por los dos es el de sus alforjas. Al fin que a nadie le gustaría perder, verbigratia, las bulas pontificias de cinco mil monedas que le caen al Rey cada mes (aunque el monarca adeude un millón 300 mil de las mismas monedas a los señores de la divisa verdolaga).
5. El Barón tiene un doble aval. Por una parte el forrado Lord de Miami, Marcelo Claure, quien por medio de Brightstar Communications se financia el capricho que le venga en gana. Y por otra, su longeva amistad con el Primer Ministro vasco de notorio mostacho, quien días atrás tuvo una gran entrevista con el Emperador. Mas parece que todo eso no le alcanzará al dubitativo Barón, que primero dijo no estar interesado en la corona real y preservar así la buena postal que dejo en el imaginario colectivo la década pasada, pero ahora mostró los hilos celulares y se incluyó en la competencia.
6. El Marqués, pacato y retraído, quizás necesite conseguir algún Gato con Botas que le haga las gestiones como su célebre par de Carabás. Como no parece existir tal ente por ningún lado, a pesar de las películas de Shrek, y le persigue aún el estigma de su pasado no aclarado con el tesoro de la monarquía, pocas oportunidades le quedan.
7. Algo parecido sucede con el Vizconde. Con un edicto en su contra por haber roto los códigos secretos de la cofradía reunida en Pando, y sin contar siquiera con el respaldo íntegro de los de su rango, dice que puede ir a por la corona real y para ello –vaya originalidad– también se llena la boca de retórica que habla de modificaciones, transparencia, representatividad, etc., etc.
8. Con el vozarrón que le caracteriza, el Rey advirtió ya meses atrás que podrían correr saquillos con monedas que le impidan seguir con la corona ceñida. Y también calificó que estos cuatro años, pese a que no se llegó al reino Bafana Bafana ni se hizo la gran cosa, fueron un suceso porque se “trabajó e invirtió” en los escuderos menores de 15, 17 y 20. Aquí podrán ver el pasquín que reproduce sus argucias.
9. Otro juglar apunta en sus versos: “En Bolivia (a) los dirigentes deportivos, sobre todo los del fútbol ‘profesional’, no les interesa debatir e incidir en lo formativo dentro de una matriz más amplia. En su gran mayoría buscan, por todos los medios posibles y por la vía del corto plazo, que el fútbol boliviano esté a la altura del impresionante desarrollo del fútbol entendido como negocio, como generador de ingresos, como proveedor de entretenimiento para el espectador y el televidente. A eso apuestan los gestores del fútbol y frente a eso no hay proyectos alternativos. Este es el origen de la crisis deportiva que vivimos… Y es también la crisis que ostenta el debate, así como es la base de ese problema que reiteradamente nombramos como estructural”. Sus cánticos resuenan en la aldea global.
10. No hay que ser Merlín para dilucidar qué ocurrirá en unos días más en la Villa de San Felipe de Austria. Corran monedas o no, aunque el Emperador o el Primer Ministro hagan alguna advertencia, todo nos muestra que el Rey y el Duque seguirán cuidando sus feudos. Por consiguiente, al pueblo le seguirán llegando migajas sobrantes. ¡Sería tan lindo que destrozáramos esta patética corte!

FOTO: RUDIGERM/FLICKR.COM.

3 comentarios:

  1. Genial el texto... Buena vía para destrozar esa odiosa corte que ha secuestrado el fútbol con el fin de transformarse en poderosos millonarios... El panorama es tan preocupante que con el seguro ascenso tanto del Duque de Cala Cala como del Rey de la Verde Postergada estamos a punto de hundirnos más en estas arenas movedizas que comen nuestras esperanzas futboleras... ¿Qué hacer carajo?

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  2. Ay Don Chesco, por dónde comenzar... ¿por la conciencia que tenemos de estar bien, bien atrás en la aguerrida Sudamérica? ¿o por el descaro de algunos de los personajes descritos de aparecer en TV diciendo que hicieron una "excelente" gestión? Pero bueno, ¿dónde está siquiera lo bueno de ese "excelente"? Carlos Chávez llegó al poder entre componendas, y entre componendas parece que se va quedar.

    Dice Chávez que no se está reconociendo el trabajo en divisiones inferiores. Si se está refiriendo a la participación de la sub-17 en Iquique, el año pasado, aclaremos que fue buena pero que faltó.

    Es que hay algo que se ha perdido y vamos a tardar mucho en recuperar: INSTITUCIONALIDAD. Pasa que la FBF ahora es cualquier cosa, es "equis", es nadie, porque ha perdido seriedad, presencia institucional. Y mientras un tipejo como Chávez siga, no la va recuperar.

    Recuerdo haber tenido la esperanza de que un hombre con mucho más mundo como Romer Osuna ocupe el cargo de Presidente de la FBF, pero creo que el mismo Don Romer se asustó del nivel de embolsillamiento al que llegó Chávez al comprar votos para su elección. Nota aparte merece el sana-sana entre Chávez y Pacheco, de The Strongest, que hasta ese momento estaban mortalmente enfrentados por el campeonato de 2004. Y miren cómo terminó Pacheco de tesorero... ¿cuantito costó eso? Pregunto el precio porque parece que a Pacheco no le costó.

    En fin, lo que nos queda es la esperanza de que las cosas salgan mejor, y las formas que hallemos para canalizarla. Cuesta esfuerzo, la esperanza. Y personalmente, ya me cansé de revisar los videos del '93 porque no quiero vivir más de recuerdos.

    ¡Saludos!

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  3. El otro día una amiga me pinchó a que los ciudadanos hagan una recuperación de su fútbol, más apasionante y plebeyo que cualquier proceso político. Tu texto, querido camarada, muestra lo enajenada que tenemos nuestra pasión. Hay que dar pasos, volveremos, volveremos...

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